El jugador profesional de poker no es un robot
Adrián Mateos el #1 de España
Adrián Mateos es el mejor jugador de poker de España y uno de los mejores del mundo. A parte de tener una personalidad muy jovial y serena su capacidad de introspección en la mesa y de inmersión en el juego es uno de los comodines que acompañan.
A sus 27 años Mateos, mejor conocido como Amadi, pertenece a esta generación de grandes jugadores de poker que se han crecido dentro del proceso de modernización de la industria. Cuando el poker llega directamente a casa a través del computador y la conexión a Internet.
La adaptación a este nuevo medio captó a un público diferente que quizá nunca hubiera pisado una sala de poker en vivo. Pero la privacidad de conectarse en casa abrió otra puerta de acceso y encantó a un nuevo público. Adrián Mateos es uno de estos jóvenes que refrescan la industria.
Pero también la diversificación de los canales informativos fue los que permitió la difusión de juegos y jugadores lo que atrajo aún más público. Los comunicadores que haciendo uso de los medios de difusión mantienen a su audiencia y seguidores al día en cuanto a los logros de cada uno de los jugadores profesionales y preferidos.
Pero al mismo tiempo los medios, les proporcionan, tal vez sin querer, una imagen de infalibilidad, perfección y cualidades en la mesa de juego prácticamente sobre humanas. Esta imagen comienza a ejercer presión sobre los jugadores, que ya cuentan con suficientes tensiones antes y durante su actividad en las mesas.
Para algunos profesionales del poker esta presión es un estímulo, para otros una verdadera carga. Los más avesados aprenden a sobrellevarla como lo que es, una fantasía que solo alimenta al ego.
No somos robots, dice Adrián Mateos
Muchos aficionados llegan a pensar que el buen jugador de poker, que ha alcanzado renombre al ganar eventos de muy alto nivel es una máquina de ganar. Dicho en otras palabras ‘un robot’, esta aseveración la desmiente Adrián Mateos al afirmar que no lo son, sino que juegan verdaderamente bien.
Pero que esta abierta habilidad y destreza no llega de la nada, sino que representa duras horas de trabajo, esfuerzo y privaciones a la hora de compartir con los suyos. Y además acota, Adrián Mateos, que la suerte es otro factor que les acompaña.
Así pues, buena fortuna y habilidad son un binomio con una proporción de 30/70, porque la suerte es necesaria pero no imprescindible; pero de nada sirve la buena fortuna si no hay los conocimientos para apalancarla. El jugador profesional llega a destacarse debido a una serie de factores que ha señalado Adrián Mateos en casi todas sus entrevistas.
La primera sentir verdadero placer al jugar al poker, es decir, que realmente te guste tanto hacerlo que podrías pasar horas en ello. Este factor es primordial porque los sacrificios para llegar a ser bueno, serán más llevaderos.
Así, estudiar por horas, desarrollar la intuición, generar estrategias efectivas, abrir la mente a desaprender y reaprender algo que constituye una debilidad, para que deje de serlo, representan muchas horas de arduo trabajo.
Tiempo rigurosamente invertido para que se logre un buen papel y se alcancen los objetivos planteados. Lo que se busca es lograr suficiente experiencia como para prever con perspectiva lo que sucede en la mesa de juego. Y jugar mucho realmente para poner en práctica lo aprendido y superar obstáculos.
El poker es un deporte mental, pero no se le llega a experimentar como tal, si no se alcanza la suficiente sensibilidad y conocimiento para realizar movimientos premeditados y nunca azarosos.
¿Cómo jugar bien al poker?
Para iniciar con buen pie, lo primero es internalizar el mantra… Estudia mucho, juega a tu nivel, cuida tu banca, sube de nivel solo cuando estés realmente preparado para hacerlo.
Más adelante desarrolla la intuición medita o busca una alternativa para desarrollar autocontrol, es decir, dominar los impulsos, las emociones tanto las positivas como las negativas.
Y quizá la tercera etapa, pero no menos importante auto evaluarse con sinceridad, reconocer los límites, errores y posibles fallas, pero no colocando el foco en los resultados diferentes a los que deseaban.
El verdadero punto de análisis está en el proceso dentro de ese sistema, donde se estudia ese algo que falló, pero que es susceptible de corrección. Así en el poker se avanza a cada paso, sin colocar la mirada solo en la meta.
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