El fenómeno que ayuda a ganar… o a perder: la varianza
Impulso que conduce al cielo o al infierno
Todo jugador de poker en algún momento cuenta con su racha de suerte. En ese instante todo pasa a segundo plano, no importa su grado de profesionalización o cuanto invirtiera en perfeccionar su juego. Quizá allí nace la emoción, en ese instante donde la suerte interviene para dar el impulso de triunfo o de fracaso a las aspiraciones de ganar.
La adrenalina corre por las venas cuando el juego se torna en un reto para ir más allá y lograr el triunfo. Quizá en los grandes torneos es donde más se pone de manifiesto la existencia de la varianza.
La llamada racha de suerte o varianza afecta a todo jugador y puede dar al traste con toda su preparación y más aún, ir haciendo mella en su espíritu. Porque el ser humano detrás del jugador es quien más sufre los estragos de este “impulso”.
La varianza que puede hacer que un juego perfecto se vaya al traste afecta anímicamente. Muchos jugadores sufren de estrés y depresión porque no llegan a asimilar que cuando caen en su red es un viaje en la montaña rusa.
Cuando la varianza está a su favor y ganan una partida les embarga una euforia, una satisfacción y una sensación de poder. En cambio cuando la varianza está en contra y pierden, la sensación de derrota y desanimo es también muy intensa.
Hay jugadores que logran asimilar esta característica del juego y se crean estrategias para manejarla. Una de las más notorias es el manejo estricto de la banca. Saber cuando retirarse y no dejarse dominar por la emoción y la ansiedad que la varianza, como un diablillo, infunden.
Ese es el gran reto. La varianza es un pequeño monstruo que se despierta con cada juego y que hay que alimentar con mesura, pues crece muy rápido. Dejarse controlar por ella puede ser el principio del fin y se trata de un trabajo difícil.
La varianza y la adicción al juego
Todos han escuchado y leído historias de jugadores que apuestan todo en la concepción de que su buena racha está por llegar. Este es el punto de inflexión donde el poker deja de ser una profesión para convertirse en una adicción. En ésta última la víctima pierde la capacidad de racionalizar que todo tiene un límite.
Y es allí cuando se convierte, el individuo, en un jugador de alto riesgo, es decir pone sobre la mesa de juego un porcentaje alto de su bankroll. Los expertos en la materia señalan que de esa banca para jugar al poker solo se puede tomar el 1% pero nunca llegar a 10%.
Un ludópata o adicto al juego, se deja controlar por la adrenalina del juego y gracias a eso se mete en problemas. La necesidad de jugar es tan importante que se hecha mano de todo lo que proporcione grandes sumas de dinero fácil.
Es penoso ver como jugadores brillantes echan mano de dinero ajeno, desfalcan a las empresas en que hacen vida, a su familia y hasta se involucran en negocios ilícitos. Y terminan mal, en la cárcel, en bancarrota o muertos.
Bankroll, estrategia salvadora
La emoción, la conducta reforzada por estímulos positivos de placer pueden llegar a nublar el sentido común. Así que para combatir en un mundo dominado por la emocionalidad, no hay nada mejor que la racionalidad para poner los pies en la tierra.
Y para ganar la batalla al control de la variante nada mejor que el Bankroll. Todos los grandes jugadores de poker que mantienen una salud mental y financiera, llevan un control estricto de su Bankroll.
Elías Gutiérrez “Zeros” aporta un elemento más el auto control, no perder de vista jamás que una retirada a tiempo es una victoria.
“La lección más importante y la más difícil de afianzar es lograr el autocontrol para poder retirarse cuando tiene que hacerlo”.
Otro jugador profesional, Miguel Teus, habla del control del ego y saber jugar para ganar, jugar para avanzar, o jugar para recuperar fuerzas. Esto se refiere principalmente a saber cuándo es seguro subir de nivel, quedarse donde se está o ir un paso atrás, dentro de un terreno más conocido y con menor riesgo. La idea no es ganar todo de una vez, la magia está en ganarlo poco a poco.
“Si tienes que bajar de nivel para recuperar tu banca, no te debe importar lo que piense o diga la gente, solo haz lo que tienes que hacer”.
Los sabios consejos aportados solo son parte del manejo del Bankroll, es decir, hay que saber cuánto dinero se tiene destinado para el juego. Y esto implica que los gastos personales y de vivienda están fuera del Bankroll.
Y ese dinero que sí forma parte de éste último, solo es para jugar al poker. De allí se puede arriesgar de un 1% a un 5% para un juego plenamente controlado y con esa cantidad se minimizan los riesgos.
Quienes prefieren la relación gastar más para ganar más, usan más del 10% de su bankroll. Y no pasará mucho rato antes de que las cosas se salgan de control.
Finalmente el poker es un juego de estrategia, donde se ponen de manifiesto muchas emociones. Pero está en el sujeto el saber manejarlas con madurez e inteligencia sin dejarse manipular por ellas. La preparación intelectual y emocional son muy importantes para salir airosos.
Y el control estricto de la banca es la que les brindará ese tan esperado eslabón que le sujetará al suelo y no le dejará perder la noción de lo que es real. Y en cuanto a las emociones, pues medite, haga yoga o cualquier deporte vinculado al autocontrol. Cada minuto invertido en el control de su mente es una muy preciada inversión para un futuro exitoso.
Si ya usted está en ese camino entonces disfrute del juego con paso firme, con práctica constante, haciendo uso de los freerolls para fortalecer su banca y poco a poco vaya adentrándose en torneos en niveles acordes con las capacidades adquiridas. Así su asenso será un poco lento, pero seguro.
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